La guerra entre Elon Musk y Apple es tan ridícula que, en realidad, solo se vive desde el punto vista del propietario de Twitter. No obstante, para él es toda una batalla que se sigue esforzando para intentar ganar mientras, en Apple, ni siquiera le dan repercusión.
La divertida batalla de Musk contra Apple es similar a la de Don Quijote contra los molinos. El ejecutivo de Tesla siempre tiene algún regalito contra la empresa rival, a la que acusa de actuar contra él cuando el mundo es consciente de lo desapercibida que pasa la rencilla personal que tiene en las oficinas de la empresa.
Recientemente afirmó que Apple tenía intención de retirar la app de Twitter de la App Store en su forma de eliminar la libertad de expresión. Esto, sacado de la manga, como de costumbre en Musk, quedaría en nada si al final la app siguiera ahí tal y como ha ocurrido. Pero, para Musk, es una buena oportunidad de continuar con su teatrillo y de decir que, si Twitter sigue disponible en el iPhone, es porque públicamente dijo que la empresa tenía la intención de eliminar la app.
Es parte del juego de este millonario que, en ciertos círculos, comienza a aburrir. Lo cierto es que Musk tiene demasiado tiempo libre y lo suele aprovechar en este tipo de iniciativas que, al final, no le llevan a ninguna parte. Su batallita con Apple lo único que hace es alimentar la diversión y el jolgorio de sus fans, que esperan impacientes que Musk se saque de la manga su última patochada.
Eso sí, con anterioridad, Elon Musk ha reconocido la admiración que tiene tanto por Apple como por Tim Cook, el actual CEO de la empresa. En definitiva, una situación en su línea: desconcertante y, por momentos, desquiciante.