Investigando se pueden llegar a conclusiones interesantes, como que una gran parte de los emprendedores de éxito hayan vivido sucesos destacados en su infancia. ¿Casualidad o clave para formarles desde tempranos con una mente abierta? ¿de qué tipo de cosas estamos hablando?
Lo primero en lo que coinciden es en haber vivido un gran cambio o una ruptura a temprana edad. Los ejemplos son variados y van desde que su familia se mudara a un lugar lejano (otra ciudad, comunidad o país) hasta que sus padres se divorciaran.
Otro factor es que todos tuvieron desde muy jóvenes comprensión acerca de lo que significan los trabajos. No implica que trabajaran desde niños, sino que entendían el uso del trabajo y el funcionamiento de los negocios. Darte cuenta de eso a temprana edad te ayuda a ver el mercado laboral de una forma realista desde tus primeros años.
En esta misma línea otro aspecto en el que coinciden es que estas personas no tardan en ver la realidad del mundo que les rodea. Son niños que ven más pronto que sus compañeros que el mundo infantil no es la realidad y que hay un enorme universo a su alrededor girando y girando a diario. Esto es algo que se consigue leyendo las noticias de lo que ocurre en el mundo fuera de tu propio país. Así los niños adoptan consciencia de que el mundo es grande y que no están solos en el mismo.
Otro aspecto coincidente es que los niños tengan deseo de aprender y que no lo hagan por obligación, sino porque sienten ganas de aprender y saber más. Ese comportamiento básico de los niños que preguntan «¿Por qué?» cada vez que no entienden algo es un aspecto que se debe reforzar.
Además, los niños que se acaban convirtiendo en emprendedores de éxito suelen ser muy independientes y tener modelos que respeten en los que fijarse y que les ayuden a superarse así mismos.