El año 2020 ha dejado muchas industrias tocadas, pero la cinematográfica, sin duda, ha sufrido muchísimo. De un plumazo la COVID-19 borró nuestra característica afición de ir al cine todos los fines de semana o los días del espectador. Nos quedamos en casa encerrados con miedo y lo que hicimos fue satisfacer esas ganas de cine de una manera distinta: con los servicios de streaming. Ahora el mercado se encuentra en un momento complejo, puesto que los hábitos han cambiado y los cines se han visto muy debilitados. ¿Qué va a ocurrir?
Por lo pronto se están viendo dos tipos de situación. Por un lado las productoras que se han volcado en el streaming y que han estrenado en Internet películas que anteriormente no hubieran lanzado de esta manera por ninguno de los motivos. Véase el ejemplo de Warner Bros. con la segunda entrega de Wonder Woman. Para que una película como esa, la cual va a hacer millones en taquilla, se estrene en Internet, es porque la situación tiene que estar realmente mal.
Por otro lado están las productoras que han preferido esperarse. Han corrido el telón y han dicho en cierta manera «bueno, 2020 es como si no hubiera existido». Las películas de 2020 se mueven a 2021 y algunas de 2021 seguirán en el año previsto, pero otras se aplazarán también.
Además, hay muchas películas previstas para un estreno en 2021 que finalmente no se estrenarán, puesto que el rodaje de las mismas no se pudo completar. Por ello, aunque la situación en las carteleras de los cines será un poco extraña en 2021, lo cierto es que se ve cierta luz al final del túnel. El problema está en saber cuándo nos encontraremos en un momento «normal» para poder volver a los cines.
Todo depende de las vacunas, pero por ahora los cines están que trinan, porque ven que su negocio se tambalea mientras las productoras aprovechan para hacer caja con el streaming, una tendencia que luego no desaparecerá así como así. Habrá personas que abandonarán la práctica de ir al cine, mientras que otras regresarán con más ganas que nunca.