Acercándonos cada día más al final de la pandemia, al menos sobre el papel, lo que preocupa a las empresas del sector del turismo es el tiempo que se tardará en volver a la normalidad. Sobre todo, las aerolíneas saben que todavía pasará tiempo hasta que los ciudadanos tengan entre sus planes más importantes hacer grandes viajes. Por ello, los precios se van a mantener.
Hay dos puntos de vista totalmente comprensibles por los que las aerolíneas podrían optar. El primero de ellos: subir los precios a las tarifas que tenían antes de la pandemia. A nadie le sorprenderían las tarifas, porque la mayor cantidad de personas todavía las entiende de esa forma.
Es decir, que casi todo el mundo tiene en su mente esas tarifas porque no se ha planteado viajar durante este largo periodo de tiempo en el que nos hemos visto condicionados por el coronavirus. Por lo tanto, volver a lo de antes, simplemente sería algo predecible.
El segundo de los puntos de vista implicaría dejar los precios bajos tal y como están. Esto es por lo que se van a decantar varias aerolíneas internacionales, incluida Latam Airlines. El objetivo es conseguir despertar interés entre los ciudadanos para que comiencen a viajar de nuevo. Después de la pandemia, hablando en términos globales, se ha perdido la costumbre de pensar en viajes y vacaciones. Esto es algo que debería cambiar poco a poco, pero que podría solucionarse más rápidamente si los precios para hacer esos viajes son más económicos.
Y teniendo en cuenta que hay dos precios principalmente que condicionan unas vacaciones: el del transporte y el del alojamiento, las aerolíneas saben que todo tiene que comenzar con ellas. Si ofrecen unos buenos costes en sus vuelos, saben que habrá más personas dispuestas a viajar y que así será más fácil que se recupere el gusto por el turismo.