La popularidad que ha alcanzado Lidl en el mercado del pequeño electrodoméstico es difícil de entender, pero para la conocida cadena de supermercados no podría ser algo más positivo. Su último lanzamiento, una aspiradora tipo Dyson, ha vuelto a convertirse en éxito de ventas. Nadie sabe exactamente por qué, ya que el precio de la máquina tampoco es para tirar cohetes: 130 euros.
Sí es cierto que resulta más económica que los modelos de primera línea, como los Dyson, pero esto no justifica la mayoría de las veces que el público vaya corriendo a los supermercados Lidl en busca de la máquina de marras. En este caso el stock ha sido visto y no visto, lo que insistimos, nos sigue pareciendo algo espectacular a la vista de que no son precisamente los mejores electrodomésticos del mercado.
Lo que tiene ganado Lidl es el cariño del público y el haber creado una sensación entre los consumidores de exclusividad que se coloca por encima de todo. Cuando Lidl lanza un producto de este tipo, los clientes se agolpan en las puertas de los supermercados para ser los primeros en comprarlos. Incluso hay revendedores que compran varias unidades para luego venderlos más caros.
Y ahí es donde entra una de las incógnitas de este tipo de producto. Si alguien está dispuesto a pagar más dinero del que cuesta un pequeño electrodoméstico de Lidl, ¿Por qué directamente no compra el modelo Dyson auténtico y se deja de tonterías? Son dudas que nos quitan el sueño cada vez más.
Lo importante para Lidl es que esta filosofía de lanzar productos con tirada limitada y de copiar herramientas de otras marcas que funcionan muy bien, les está funcionando. Y visto desde el punto de vista comercial, no hay duda de que es una victoria para Lidl de la cual seguro que se sienten muy orgullosos. La pregunta es hasta cuándo seguirán triunfando tanto sus productos de marca blanca.