Las startups, europeas, americanas, asiáticas o de dónde sea, son todas iguales. Y está bastante claro que una gran parte de ellas esconden un timo más grande que el de las criptomonedas, los play to earn y esquemas Ponzi. Lo que sube, baja, y ahora está bajando.
Según estadísticas, muchas de las startups tecnológicas que recaudaron miles y miles de millones en el año 2021, se han encontrado ahora con la caída en picado que se imaginaba que llegaría antes o después.
Dicen que en 2022 se han producido más de 12.000 despidos en el sector de la startup europea y que la cantidad final posiblemente sea mucho mayor. No se contabilizan en estas cifras los despidos de diciembre que, por lo que parece, podrían haber sido muy altos. Lo que habrían hecho las startups habría sido despedir a destajo antes de terminar el año y así hacer limpieza para comenzar 2023 con una plantilla más organizada.
Desde medios economistas exageran y dicen que el sector de la startup llevaba 10 años al alza, pero todo esto es un fenómeno mucho más reciente. Se intenta maquillar una gran estafa en la que se cierran ojos y oídos para que los bolsillos de los emprendedores se llenen mientras sus empleados se convierten en simples peones.
Peones de los que se desprenden cuando es necesario. Los miles de millones recaudados en 2021, un año en el que los ingresos de las startups en financiación fueron de récord, mágicamente desaparecen menos de un año después. ¿Qué ha ocurrido con todo ese dinero y cómo puede ser que ahora haya que recurrir a tantos despidos?
A muchos expertos no les sorprende, porque estaba claro que este tipo de negocio iba a terminar de esta forma. Al fin y al cabo, no es algo que no haya ocurrido antes.