El mercado se encuentra pasando por uno de los momentos más extraños, complejos y críticos de los últimos años, sobre todo el tecnológico. La crisis generada por la COVID-19 ha llevado a que haya desabastecimiento en la mayoría de los productos y sectores. Eso ha derivado ahora en que muchas empresas y grandes marcas confirmen que, por su parte, no participarán en rebajas ni descuentos de ningún tipo.
Tiene sentido. ¿Por qué hacer rebajas cuando tienes problemas para llenar las estanterías de las tiendas? Los fabricantes de móviles, consolas, ordenadores, componentes de informática y otra tecnología, incluso las marcas de automóviles, no pueden cumplir con las entregas pactadas porque no tienen suficientes componentes.
En muchos de los casos, lo que falta es una pieza concreta. Es decir, que tienen el ordenador montado al 99%, pero sin esa pieza de la que no hay unidades, no pueden terminarlo y ponerlo a la venta. Eso está generando unos inconvenientes severos. Los almacenes se descontrolan y las tiendas se quedan sin stock de todo tipo de productos.
Incluso las nuevas consolas que se lanzaron hace un año, como PlayStation 5, siguen sin llegar a las tiendas con normalidad. De esta falta de producto se aprovechan los revendedores, que sacan partido a cualquier oportunidad para intentar hacer negocio y sacar tajada de los problemas que están pasando las empresas y de los apuros de los ciudadanos para comprar este tipo de productos.
Por ello, era lógico que para muchas de las grandes empresas tecnológicas no fuera a haber rebajas. Tienen poco stock y lo que no buscan es venderlo a un precio reducido. Cuanta más rentabilidad le puedan sacar a los productos que tienen en las manos, mejor. Por lo tanto, habrá que esperar a que 2022 empiece a recuperar la normalidad, aunque es posible que hasta 2023 no vuelva a estar el mercado totalmente en su sitio.