Alemania echa el cierre por el coronavirus a su burdel de 10 plantas

En algunos países la prostitución está aceptada y legalizada. No se trata de un tema tabú como en otros lugares
(España entre ellos) donde se intenta ocultar bajo el sofá. Esto permite que las mujeres estén más seguras y que puedan trabajar en lugares como Pascha, el mayor burdel de Alemania, que desgraciadamente echa el cierre debido al coronavirus.

No se puede decir que el modelo de negocio del Pascha, que se encuentra en Colonia, un lugar habitualmente visitado por hombres de negocios a la vista de los muchos eventos y conferencias que se realizan allí, no estuviera bien pensado. Para ofrecer este servicio la empresa tiene contratadas a 120 mujeres que se reparten en habitaciones dispuestas en un edificio de 10 plantas.

Las mujeres tienen a su disposición un equipo trabajando para ellas que está formado por electricistas, peluqueros, operarios, masajistas, cocineros, guardias de seguridad y el personal que se ocupa de la limpieza de las instalaciones. De esta forma se ofrece a las empleadas un entorno regulado, controlado y en el cual se pueden sentir a gusto realizando un trabajo como este.

El problema es que la crisis del coronavirus ha llevado a que el burdel no pueda ofrecer sus servicios debido a las medidas de seguridad y que se encuentre en absoluta parada. Como cualquier otro negocio, tiene que afrontar que tiene una plantilla de cientos de empleados a los que no puede pagar, por no mencionar los costes del alquiler del edificio.

El equipo responsable del Pascha ha criticado al gobierno por no darles ningún tipo de apoyo en una situación como esta, puesto que las mujeres que trabajan en el burdel están optando por realizar su trabajo de forma independiente y esto las lleva a exponerse a riesgos que ponen en peligro su seguridad y salud. Pero de momento no han obtenido ningún tipo de apoyo y no parece que la situación esté cercana a cambiar.

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