La situación por la que está pasando la cadena de centros dentales Dentix es precaria. Si bien ya se estaba tejiendo la que se trataba de la mayor crisis de la entidad en toda su historia, ahora con la confirmación del rechazo por parte de Advent respecto a su posible operación de venta, queda claro que las posibilidades de la empresa son reducidas.
Como decimos, lo crítico de la situación se refleja al ver que Dentix ya ha intentado vender el negocio a su gran rival en el mercado: Advent, la propietaria de la cadena Vitadent. Su gran plan, desesperado a todas luces, pero un buen plan, radicaba en conseguir vender todo el negocio a su rival y que así este absorbiera la máxima cuota de mercado de centros dentales de España.
No era, en realidad, una mala idea. A su rival se le estaba ofreciendo un caramelito, la oportunidad de tener el mercado bien dominado y absolutamente bajo control. Pero lo más probable es que hayan encontrado demasiados problemas y consecuencias en esta posible operación de compra. Y es posible, por otro lado, que la propuesta económica que les hayan hecho tampoco haya resultado demasiado atractiva. Porque es posible que en Dentix quieran acabar el recorrido crítico actual con un buen resultado que maquille un poco la crisis y lo negativo de lo que está aconteciendo en estos últimos meses.
Pero como decimos, Advent ha dicho no. Eso deja a Dentix en una situación aún más desesperante. Lo que están intentando hacer para evitar el concurso de acreedores y todo lo que eso podría suponer, es conseguir el apoyo de inversores y de las propias entidades bancarias con las que tienen deuda, para que aflojen y les permitan respirar.
Se cree que es probable que Advent esté guardándose un as bajo la manga y que tenga intención de volver a la puja cuando la situación de Dentix sea aún más crítica.