La falta de chips pone en un aprieto a los fabricantes de automóviles

La pandemia ha traído muchos efectos dañinos para la sociedad. Para las empresas, uno de los problemas más serios generados por el coronavirus se ha plasmado en la falta de materiales con las que se encuentran las fábricas y las cadenas de montaje. Esto deriva en que se produzcan menos productos y que, debido a ello, se necesite menos personal y se generen menos ventas. En todos los aspectos, es terrible. Una de las industrias que sufre esta situación es la de los automóviles.

El sector de los coches sufre como no ha sufrido en mucho mucho tiempo. Las cifras de ventas de coches en 2020 se redujeron de forma drástica respecto a un año normal. La situación no mejora en 2021 por un factor determinante: no hay piezas que permitan acabar los vehículos para su venta.

Donde se está sufriendo el mayor problema es en los chips. Los fabricantes de vehículos se han encontrado con que no tienen chips suficientes para responder a sus procesos de producción y a las cifras que gestionan todos los años para ser productivos.

Pero no es el único sector que se ve envuelto en este problema. La falta y escasez de chips afecta a una gran cantidad de compañías. Las productoras de teléfonos móviles y otros dispositivos también la sufren, así como las empresas que fabrican consolas de videojuegos o las entidades que producen ordenadores. Todas están en la misma situación de falta de componentes.

Por desgracia, no parece que esto se vaya a solucionar en 2021. Las principales empresas del mercado del automóvil hablan de cómo esperan que 2022 sea el año de la vuelta a la normalidad a todos los niveles, tanto en producción como en volumen de venta. Pero no hay duda de que la espera es dolorosa y que el paso de los meses no resulta sencillo para nadie.

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