El mercado de la telefonía móvil está pasando por una época de grandes cambios en el mundo entero, lo que también afecta a España. En nuestro país, por ejemplo, las últimas estadísticas indican dos cosas: que hay dos marcas líderes y que la tendencia de los usuarios ha cambiado respecto al tipo de terminales que compran.
A nadie se le escapa la realidad por la que pasa el mercado del smartphone: se sufre una crisis. En el año 2022 las ventas bajaron un 11% de forma global, mientras que en España cayeron un 10%. Las previsiones para este año 2023 no son más optimistas a la vista de que el mercado se encuentra en un momento en el que ya está cansado de tanto móvil.
Después de años y años encontrando en el teléfono el “juguete” ideal de personas de todas las edades, ha llegado el punto de inflexión en el cual ya no sorprenden ni atraen como antes. Esto deja a la sociedad en un punto crítico, porque todos somos conscientes de la importancia de comunicarnos, pero para hacerlo ya no queremos gastarnos miles de euros.
Lo que también se está viendo es que las ventas se reparten entre dos gigantes: Samsung y Apple. En cuanto a dispositivos Android, no hay duda de que la empresa coreana es la líder. Apple tiene su propio grupo de aficionados que se cuentan a miles y que compran sus iPhone sin dudarlo. El resto de fabricantes rasca lo que les queda o lo que pueden.
Por último, la tendencia definitiva es que los usuarios han empezado a decidir que prefieren invertir más dinero en un móvil que les dure mucho tiempo que gastar poco en actualizarlo cada año. Por eso la gama alta sigue teniendo presencia en el top de ventas, pero cada vez con menos unidades.